Hacer ejercicio de forma regular puede contribuir a controlar los niveles de glucosa en sangre, a estimular a tu corazón, disminuir la presión arterial, reducir el colesterol LDL y los triglicéridos dañinos, aumentar el colesterol HDL saludable, fortalecer tus músculos, disminuir tu peso e incluso aumentar la sensibilidad de tu cuerpo a la insulina. Puedes hacer ejercicios aeróbicos como caminar, trotar, andar en bicicleta y cualquier otra actividad de resistencia. También puedes elegir un ejercicio anaeróbico de resistencia más intenso (es decir, carreras de velocidad o levantamiento de pesas), lo que implicaría que utilices tu fuerza muscular para utilizar el metabolismo no oxidativo.