De acuerdo a las investigaciones, la falta de sueño está relacionada con un mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2. Específicamente, la duración y la calidad del sueño han surgido como indicadores de los niveles de hemoglobina A1c, un marcador importante del control del azúcar en sangre.
Investigaciones recientes sugieren que puede ser necesario optimizar la duración y la calidad del sueño para mejorar el control del azúcar en sangre en personas con diabetes tipo 2. Las personas con diabetes que duermen lo suficiente suelen tener hábitos alimenticios más saludables y mejores niveles de azúcar en sangre. Debes intentar dormir de 7 a 8 horas todas las noches y regular tu rutina como corresponde. Los buenos hábitos de sueño (a veces denominados "higiene del sueño") pueden ayudarte a dormir bien durante toda la noche.
¿Cómo desarrollar estos hábitos?
- Sé constante. Acuéstate a la misma hora cada noche y levántate a la misma hora cada mañana, incluso los fines de semana.
- Asegúrate de que tu dormitorio sea silencioso, oscuro, relajante y que se encuentre a una temperatura agradable.
- Deshazte de los dispositivos electrónicos, como televisores, computadoras y teléfonos inteligentes del dormitorio.
- Evita las comidas abundantes, la cafeína y el alcohol antes de acostarte.
- Haz ejercicio. Estar físicamente activo durante el día puede ayudarte a conciliar el sueño con mayor facilidad durante la noche. Es esencial practicar buenos hábitos de sueño, pero si tus problemas de sueño continúan o si interfieren con cómo te sientes o te desempeñas durante el día, debes consultar a tu médico. Antes de visitar a tu médico, lleva un registro de tus hábitos de sueño de al menos unos diez días para discutirlo durante tu visita.